31 mar 2015

No compres camarón por langosta; Lo barato sale caro. ¿Como elegir un buen medico?

En la actualidad, visitar el quirófano para perfeccionar la imagen corporal podría considerarse una intervención de rutina. Sin embargo, el deseo por lucir mejor no es motivo para que el paciente ignore los posibles riesgos a los que será expuesto, la acertada elección del profesional y una sincera autoevaluación sobre los motivos que lo conducirán a la cirugía.


¿Cómo encontrar Cirujano Estético  Profesional?
Exige siempre:

  • ·         Título profesional
  • ·         Cedula profesional
  • ·         Permiso de la Secretaria de Salud México  S.S.A
La primera tarea que tienes, es buscar y tu médico de cabecera puede orientarte si le dices qué pretendes hacerte. La cirugía estética hoy en día es bastante común y algún familiar o alguien de su entorno pueden haber recibido los servicios de un buen cirujano y puede darte buenas referencias. También puedes dirigirte a algún profesional que se anuncie en prensa, televisión o web.
Aquí hay algunas ideas que pueden ayudarte:
Sé directo o directa y ve al grano. Dile qué pretendes con claridad. Permite que el profesional te diga cuales son las opciones que tienes y el procedimiento para conseguir el objetivo deseado.
Evita tener ideas preconcebidas sobre procedimientos piensa que la medicina -en este caso la estética- está en constante proceso de evolución y lo que se hizo alguna amiga o famosa, puede no funcionar en tu caso, o estar obsoleto. Deja que el médico te lo explique. Ya tendrás tiempo de decidir.
Que te de la mayor cantidad de información sobre qué operación recomienda y no dudes en tomar notas si eso te ayuda luego a decidir.
Preguntas que puedes hacer:

  • ¿Dónde se llevará a cabo la operación?
  • ¿Qué tipo de anestesia va a utilizar?
  • ¿Cuál será el tiempo del postoperatorio y cuándo podrás ver ya los resultados?
  • ¿Tendrás que hacer algún tratamiento en cabina después? ¿Entra en el precio de la operación, o por el contrario, debes pagarlo aparte? Si es que sí ¿Cuántas sesiones serán?
  • ¿Cuántas veces ha realizado esa operación?
  • Pregunta si tiene fotos de pacientes que ya se han operado de lo mismo. El antes y el después ayuda mucho a ver los resultados finales.
  • ¿Cuánto te va a costar la operación?
  • ¿Hay otras alternativas para conseguir lo que pretendes? ¿Cuáles?
  • ¿Cuánto tardarás en poder utilizar productos cosméticos? Si acostumbras a ir siempre maquillada, puede ser traumático que te vean sin pintar durante mucho tiempo.
  • ¿El resultado de la operación será duradero?


Si ves que el cirujano se muestra alterado, o impaciente con tus preguntas, o sus respuestas son ambiguas, descártalo y sigue con el siguiente de tu lista. No lo dudes. Tu médico debe darte tanta confianza, que tienes que sentir que te pones en las mejores manos




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Es fácil enamorarse de la belleza.

Los caballeros y todos la preferimos. En lo particular confieso que no soy capaz de contener un amor repentino por un par de ojos separados con la distancia justa y una nariz que sabe al mismo tiempo elevarse y descender en perfecto equilibrio sobre la boca. Aunque el propietario de esos ojos haya tenido dificultades en aprender a multiplicar y no sepa distinguir Suecia de Suiza. No me importa, no nos importa, porque la belleza tiene la capacidad de auto contenerse.

Su tiranía nos somete a diario. Aunque su canon varíe, su adoración es una esclavitud de la que nadie quiere huir. Desde lo más remotos tiempos. Las Venus paleolíticas son las únicas imágenes que nos quedan de los tiempos del hombre de Neandertal, su belleza predominó sobre la fuerza del guerrero más feroz. Nada de esto ha cambiado: Carla Bruni, llegó a ser en su momento políticamente más incorrecta que Sarkosy. Poco importaba si Bruni tenía opiniones de izquierda o derecha, si estaba a favor o en contra del uso del velo o de la inmigración ilegal. Le bastaba con permanecer erguida al lado de su conyugue, le bastaba con existir, hierática, en el pleno uso de su belleza y cualquier cosa que Sarkosy se permitiera decir carecía de importancia.

La belleza tiene sus propias palabras, es elocuente. No es un símbolo, algo que está en el lugar de algo más. Nos habla desde su perfección, es, al mismo tiempo, el objeto representado, la idea mental y su expresión. Por ello jamás está vacía, nunca es banal. Cuando la observamos nos ponemos en contacto con un lenguaje que no está hecho de silabas o de palabras. Ella ejecuta su melodía, cifra su mensaje en el antiguo código que los griegos identificaban con la música de las esferas, con la virtud y con la justicia. La belleza es inteligencia, su forma es contenido.

La mujer perfecta