7 jul 2015

Más cerca de que la luz brillante al final de un túnel oscuro de una enfermedad mortal e impredecible

Los científicos pueden haber descubierto cómo detener el crecimiento de cáncer de mama
La eliminación de una proteína de la sangre podría detener el crecimiento del cáncer de mama


Una de las principales formas de cáncer puede llegar a ser peligrosa para la vida es si crece y hace metástasis a otra parte del cuerpo. En pacientes con cáncer de mama, una de las metástasis más común es desde la mama hasta el cerebro. Sin embargo, los científicos creen que pueden haber encontrado una manera de evitar que esto suceda.
Es un compuesto proteína llamada DOCK4 que los investigadores de la Universidad de Leeds creen que puede ser la clave para frenar e incluso detener el crecimiento del tumor.
El estudio, dirigido por el Dr. Georgia Mavria, encontró que cuando quitaron la proteína, los tumores de cáncer de mama no crecieron tan rápidamente, debido a que su suministro de sangre se cortó.
DOCK4 parece ser el catalizador para el crecimiento de los vasos sanguíneos, especialmente en los tumores de mama que se están extendiendo hacia el cerebro. Mediante el bloqueo de ella, los médicos pueden tener una mejor oportunidad de mantener el cáncer se arraigue en el cerebro - un lugar mucho más difícil de tratar la enfermedad. Dr. Mavria también espera que el descubrimiento ayudará a identificar a los pacientes con cáncer de mama que están en riesgo de metástasis y posiblemente lleven a tratamiento preventivo para ellos. Sin embargo, aunque los resultados son extraordinarios, el trabajo de los investigadores está lejos de ser terminado. "Queremos entender cómo se forman estos tumores y crecer, pero todavía tenemos que hacer más investigación para detener estos tumores crecen por completo", dijo el Dr. Mavria al Daily Mail.



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Es fácil enamorarse de la belleza.

Los caballeros y todos la preferimos. En lo particular confieso que no soy capaz de contener un amor repentino por un par de ojos separados con la distancia justa y una nariz que sabe al mismo tiempo elevarse y descender en perfecto equilibrio sobre la boca. Aunque el propietario de esos ojos haya tenido dificultades en aprender a multiplicar y no sepa distinguir Suecia de Suiza. No me importa, no nos importa, porque la belleza tiene la capacidad de auto contenerse.

Su tiranía nos somete a diario. Aunque su canon varíe, su adoración es una esclavitud de la que nadie quiere huir. Desde lo más remotos tiempos. Las Venus paleolíticas son las únicas imágenes que nos quedan de los tiempos del hombre de Neandertal, su belleza predominó sobre la fuerza del guerrero más feroz. Nada de esto ha cambiado: Carla Bruni, llegó a ser en su momento políticamente más incorrecta que Sarkosy. Poco importaba si Bruni tenía opiniones de izquierda o derecha, si estaba a favor o en contra del uso del velo o de la inmigración ilegal. Le bastaba con permanecer erguida al lado de su conyugue, le bastaba con existir, hierática, en el pleno uso de su belleza y cualquier cosa que Sarkosy se permitiera decir carecía de importancia.

La belleza tiene sus propias palabras, es elocuente. No es un símbolo, algo que está en el lugar de algo más. Nos habla desde su perfección, es, al mismo tiempo, el objeto representado, la idea mental y su expresión. Por ello jamás está vacía, nunca es banal. Cuando la observamos nos ponemos en contacto con un lenguaje que no está hecho de silabas o de palabras. Ella ejecuta su melodía, cifra su mensaje en el antiguo código que los griegos identificaban con la música de las esferas, con la virtud y con la justicia. La belleza es inteligencia, su forma es contenido.

La mujer perfecta